Más de veinte años de historia de la Unidad de Investigación Sanitaria de Osakidetza en Álava

En 1993 nacía en nuestra provincia esta Unidad que, veintiún años después, ha ayudado a publicar un total de 674 artículos en revistas científicas, ha desarrollado 115 proyectos de investigación con financiación externa y ha logrado un factor de impacto acumulado de 1.870,6 puntos. El último número de la revista ICOMA profundiza en la historia de estas Unidad y entrevista a su máximo responsable, Dr. Felipe Aizpuru. –

«No somos una Unidad solo para investigadores, sino también para consumidores de investigación»

Felipe Aizpuru Barandiarán ha estado al frente de esta Unidad desde su nacimiento a la actualidad. Este médico epidemiólogo comenzó hace veintiún años a darle forma a este servicio que busca dotar a los profesionales de provincia de las herramientas disponibles para abordar la investigación. Tanto en la faceta de impulsor y generador de investigación como en la de consumidor de la misma. «No pretendemos que todo el mundo investigue, pero sí que todo el mundo sepa identificar, haga una lectura crítica de la gran cantidad de información que nos abruma».

Más de veinte años de historia de la Unidad de Investigación Sanitaria de Osakidetza en Álava. ¿Qué cometidos abarca esta unidad de apoyo?

Ofrecemos un servicio de ayuda integral a todos los clínicos de todos los centros asistenciales de Álava que quieren investigar algo. El apoyo puede empezar desde orientar una idea de investigación, a valorar la pertinencia de la investigación comprobando en la biblioteca si ya existe contestación hasta ver si es viable. En un inicio, hacemos una labor sobre todo de orientación y más adelante ofrecemos ayuda en la metodología, viendo el diseño o estrategia de investigación a seguir, con qué tipo de pacientes habría que realizarla, dónde y cómo localizarlos,… Otro apartado en el que casi siempre colaboramos es en la logística: tramitar permisos, convocatorias,… También ayudamos en el análisis estadístico, ya que no todos los médicos tienen que tener conocimientos en esta área. Además, ayudamos en la difusión y publicación de esa investigación. Es nuestra razón de ser. Una característica de esta unidad es su carácter abierto, ya que en principio no decimos que no a nada, porque siempre intentamos derivarlo a algo viable. Por lo que todos los servicios de Osakidetza -HUA, Comarca Araba, Psiquiátrico, Leza- son usuarios potenciales.

Además de apoyo a proyectos de otros servicios, la Unidad de Investigación realiza su propia actividad investigadora.

Como nosotros no tenemos pacientes, nuestra investigación clínica es la que hacemos en apoyo de otros servicios. Pero también tenemos nuestra propia actividad en investigación sobre todo centrada en la búsqueda de la optimización de los servicios sanitarios. Tenemos algunas líneas de investigación, por ejemplo, en torno a la variabilidad en la práctica médica, que aborda el fenómeno por el que actuamos de distinta manera ante pacientes similares. También hemos abordado estudios sobre hospitalizaciones potencialmente evitables, con agudizaciones sobre todo de crónicos que llegan al hospital y que podían haberse evitado si fuera del hospital se hubieran tomado las medidas pertinentes, incluidas las que son responsabilidad del propio paciente, como tomar la medicación o seguir otros consejos que se le dan. También llevamos dos años con una línea interesante que es el uso de tecnologías móviles y las posibilidades que brinda como herramienta de prevención de factores de riesgo, como el uso de sms para refuerzo antitabaco, actividad física,…

Han pasado veinte años, pero las trabas se mantienen: la carrera de investigador

La principal traba que tenemos es que apenas hay puestos de investigador. Cada año tenemos que mirar cómo mantener ciertos contratos para proseguir con una actividad investigadora mínima y estable. Apenas hay plazas de investigadores en Osakidetza, salvo alguna que se ha ido creando para las unidades de investigación. Tampoco en otros sistemas de salud nacional están mejor. Es nuestra eterna reclamación. Si queremos que esta actividad sobreviva tiene que haber una estructura mínima, organizada, básica. Entiendo que luego haya que complementarla con financiación externa, pero la actividad investigadora no puede estar sujeta a tantos vaivenes. Nadie entendería que los cirujanos, por ejemplo, pudieran hacer más o menos intervenciones según el dinero externo que fueran capaces de obtener. A todo esto hay que sumar que las convocatorias para financiar investigación son muy competitivas y hay que trabajar mucho y muy bien para tener éxito en ellas.

¿Le cuesta a Álava acceder a las convocatorias más que a otras provincias?

Por una cuestión de tamaño sí, aunque no por calidad de los proyectos presentados. Seguimos siendo un lugar pequeño y tenemos que hacer valer cosas que nos hagan distinguirnos del resto. Ahora mismo estamos intentando identificar, mediante la elaboración del Plan Estratégico de investigación, en qué aspectos destacamos, cuál es nuestro valor añadido. En lugar de querer ser buenos y líderes en todo, tenemos que ver en qué apartados podemos destacar y optimizar eso, sin olvidarnos de los grupos emergentes, de los jóvenes,… Por ejemplo, no voy a competir con el Clinic de Barcelona para hacer ensayos clínicos, si ellos hacen 1.200 al año y nosotros 25. Nuestra baza es explicar que de esos 25 que hacemos, dos requieren de una especialización, o tienen unas características que otros no hacen.

Ha hablado de la importancia de la investigación, pero también de su publicación. ¿En todos los casos? ¿Aunque los resultados no sean lo esperado?

Cuando haces un estudio y has encontrado que tu hipótesis no funciona o no se cumple, te desinflas y a lo mejor no pones tanto empeño en pelearte con la revista para que te lo publiquen. Porque publicar también tiene su trabajo. No interiorizamos que tan importante es el hallazgo negativo como el positivo. Poder comunicar a la comunidad científica que este estudio bien hecho no apoya lo que podría haber sido un avance, una nueva terapia, por ejemplo, es importante. Sobre todo porque ahora hacemos metanálisis, en los que agregamos resultados obtenidos por todos los estudios publicados sobre un tema. Si incluyo los dos estudios positivos que se han publicado y luego hay cinco negativos que no se han publicado, el resultado de mi estudio comparativo no se va a ajustar a la realidad. Es un problema tremendo. Pero no hay que olvidar que los editores de revistas son empresas con ánimo de lucro y en la portada no van a poner un estudio que no ha funcionado. No news, bad news. Y qué decir de la industria farmacéutica…

Apuesta por que sean las necesidades de los pacientes las que marquen las pautas de la investigación y no las industrias farmacéuticas

Las farmacéuticas se gastan muchísimo dinero en investigación, eso es indudable, pero probablemente no esté dirigida a los temas que más nos interesan ni a los profesionales sanitarios ni a los pacientes. En la Unidad de Investigación facilitamos y promulgamos la investigación clínica independiente. Preguntas de investigación que realmente interesen a los clínicos, procurando que esas preguntas también interesen a los pacientes. Y es que a veces nos empeñamos en investigar cosas, por ejemplo en reumatología, y considerar que un estudio ha funcionado si demuestra que se mejora la función articular según tal o cual escala, cuando si preguntas al paciente dice que a él lo que le importa es el dolor.

Accede a la entrevista completa en la Revista ICOMA nº19.

2014-08-11

Compartir esta noticia