Seis años después de su creación, el Plan de Atención Integral al Médico Enfermo de la Comunidad Autónoma del País Vasco (PAIME de la CAPV) cambia de nombre pero mantiene objetivos: la reintegración en la vida laboral del profesional con problemas –
Reproducimos a continuación el artículo escrito Ángel Alayo, responsable del PAIME en el País Vasco:
Han pasado algo más de seis años desde que por acuerdo entre el Consejo de Médicos del País Vasco y el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco se creó el Plan de Atención Integral al Médico Enfermo de la Comunidad Autónoma del País Vasco (PAIME de la CAPV) que acaba de ser rebautizado como SENDAGILE ARTEAN, más breve y que hace relación expresa a la relación entre médicos, refiriéndose concretamente a cuando un médico es paciente de otro médico. A pesar del tiempo transcurrido, sigue siendo un gran desconocido para una mayoría de colegiados.
SENDAGILE ARTEAN – PAIME CAPV es un programa que trata de atender y satisfacer las necesidades de los profesionales médicos en el ámbito de la Salud Mental y/o adicciones, siendo su objetivo fundamental la reintegración del médico a su vida laboral.
Es sabido que los médicos como pacientes dejamos, en ocasiones, bastante que desear: nos autodiagnosticamos y autotratamos con mucha frecuencia, infravaloramos o minimizamos lo que nos sucede, nos negamos a solicitar ayuda externa, sobre todo en patologías correspondientes a nuestra salud mental por el miedo a la estigmatización social,…. Todo ello trae consigo que para cuando pedimos ayuda la patología esté ya muy avanzada.
Para evitar estos inconvenientes, SENDAGILE ARTEAN – PAIME de la CAPV tiene como señas de identidad la confidencialidad y la voluntariedad. Al programa se accede solicitándolo a través del teléfono exclusivo de SENDAGILE ARTEAN 646581200 ó poniéndose en contacto con el Colegio Oficial de Médicos respectivo, manifestando el deseo de querer entrar en el programa. Nadie va a preguntar tu nombre, te pondrán en contacto con el coordinador del programa, el cual va a ser la única persona que lo sabrá. A partir de ese momento se empieza a trabajar con un nombre ficticio y una clave.
SENDAGILE ARTEAN tiene terapeutas en los tres territorios históricos, pudiendo el médico paciente elegir a cual de los tres ir. Las citas son exclusivas, sin esperas compartidas en sala alguna; tanto los terapeutas como la ubicación de sus consultas no están identificadas como sitios PAIME, para evitar estigmatizaciones. En caso de necesitar ingreso en un centro asistencial, éste se hace en Cataluña, en una clínica también sin identificar gestionada por la Fundación Galatea, que es pionera en Europa y está a la vanguardia en este tipo de atención y es la responsable de la gestión del PAIMM catalán.
Cuando hablamos de un plan integral, nos referimos a que en SENDAGILE ARTEAN se tratan no solo los problemas de salud psiquiátrica, sino también los problemas derivados en los ámbitos laborales, jurídicos si los hubiera y sociales.
Es en definitiva SENDAGILE ARTEAN una oportunidad de buscar asistencia sanitaria para el médico con problemas psíquicos y/o de adicción, de mayor o menor cuantía, no hay que esperar a estar grave para acceder al programa. Es también una oportunidad para ese compañero del médico con problemas, de romper la «conspiración del silencio» que se establece con mucha frecuencia en torno a ese profesional: todo el mundo lo sabe; pero nadie dice nada. Es en definitiva una oportunidad para velar tanto por la salud del médico como de la seguridad del paciente.
No puedo terminar el presente escrito sin hacer referencia al Artículo 19 de nuestro Código Deontológico:
«Si un médico observara que por razón de edad, enfermedad y otras causas, se deteriora su capacidad de juicio o su habilidad técnica, deberá pedir inmediatamente consejo a algún compañero de su absoluta confianza para que le ayude a decidir si debe suspender o modificar temporal o definitivamente su actividad profesional».
«Si el médico no fuera consciente de tales deficiencias y éstas fueran advertidas por otro compañero, éste está obligado a comunicárselo y, en caso necesario, lo pondrá en conocimiento del Colegio de Médicos, de forma objetiva y con la debida discreción. No supone esta actuación faltar al deber de confraternidad, porque el bien de los pacientes ha de ser siempre prioritario».